Uber sufrió un gravísimo hackeo hace un año y prefirió sepultarlo (hasta ahora).

Hace aproximadamente un año, en octubre de 2016, la empresa de transporte Uber fue víctima de los hackers y sufrió el robo de los datos de 50 millones de clientes. Entre los datos sustraídos había nombres, direcciones de correo electrónico y números de teléfono de usuarios de Uber procedentes de todos los rincones del planeta, admitía ayer Dara Khosrowshahi, CEO de la compañía (que no había dado cuenta del hurto hasta ahora).
Por si fuera poco, los hackers echaron además las zarpas a los datos de 7 millones de conductores de Uber, unos datos en los que no figuraría, no obstante, ni información de tarjetas de crédito ni de trayectos.
Uber ha confesado ahora que no informó del ataque ni a las autoridades ni a las personas directamente afectadas. En su lugar la startup californiana optó por pagar 100.000 dólares(alrededor de 85.000 euros) a los hackers para destruir los datos robados, según informan Bloomberg y The New York Times.
De acuerdo con Uber, los datos sustraídos por los hackers no llegaron en ningún momento a ser utilizados. Los piratas informáticos habrían echado el guante a la información de la compañía a través de un banco de datos mal protegido. Por lo pronto, y ante la revelación de semejante escándalo (oculto durante un año), Joe Sullivan, responsable de seguridad de Uber, ha sido puesto ya de patitas en la calle.
Especialmente delicado es que los hackers hayan accedido a los nombres y los números de permiso de conducción de aproximadamente 600.000 conductores de Uber en Estados Unidos. En el país norteamericano el carnet de conducir suele hacer las veces de documento de identidad, por lo que tiene muchísimo valor cuando recae en las manos equivocadas.
Khosrowshahi ya ha anunciado que Uber prestará ayuda a todos aquellos afectados por el hackeo cuyos datos se hayan visto comprometidos de algún modo. Aun así, la compañía ha querido recalcar que los datos robados ya fueron destruidos en su momento.
El encubrimiento de este gravísimo hackeo vuelve a arrojar la sombra de la duda sobre Travis Kalanick, el que fuera consejero delegado de Uber hasta hace sólo unos meses (y cuya dirección estuvo marcada por multitud de escándalos).
“Nada de esto debería haber pasado y no buscaremos en ningún modo excusa por lo sucedido”, recalcó ayer Khosrowshahi, el nuevo CEO de Uber.
De hecho, Khosrowshahi, al frente de Uber desde septiembre de este año, no ha tenido noticia del ataque informático hasta hace poco. “No puedo borrar el pasado, pero en nombre de todos los trabajadores de Uber sí puedo prometer que aprenderemos de nuestros errores”, apostilla Khosrowshahi.
Comentarios
Publicar un comentario